
En versiones anteriores a la Guía de Lenguaje Inclusivo publicada en el 2025, se describieron estrategias que toman en cuenta las palabras como un elemento individual que puede ser cambiado. Se trata de las estrategias que surgen con la segunda ola feminista y que responden al nivel léxico-gramatical. Vamos a recordar algunas.
Los sustantivos epicenos: aliados en el LiGD
Una de las estrategias que podemos emplear para hacer un uso más inclusivo del lenguaje, es la utilización de sustantivos epicenos.
Los sustantivos epicenos son aquellos que poseen un solo género gramatical (masculino o femenino), y que a pesar de esto se pueden usar indistintamente para designar personas de cualquier género. Por ejemplo la palabra persona, en este caso posee género gramatical femenino y esto es invariable, es decir, se utiliza la persona y no el persona, sin importar el género del referente; sin embargo se puede utilizar para referirse tanto a hombres como mujeres o personas no binarias, veamos:
- Olga es la persona a cargo de la investigación
- Él es la persona encargada de la planificación del proyecto
- La persona que se encargará de la investigación aún no llega.
En los ejemplos anteriores, en se puede observar como persona se puede utilizar para referir a una mujer, para referir a un hombre o referir a alguien sin hacer mención de un género en específico.
Este tipo de sustantivos, nos ayudan a no caer en usos excluyentes como el masculino genérico que fomentan la construcción de referentes únicamente masculinos, y nos permite llegar más allá de lo que podríamos alcanzar con la conocida estrategia de la duplicación donde se incluye a hombres y mujeres, pero se deja por fuera la diversidad de la identidad de género.
Reduplicación
En el uso de masculino y femenino en una frase la forma más conocida es la reduplicación.
Reduplicación: uso de formas dobles para destacar a ambos géneros
La reduplicación consiste en especificar tanto la forma masculina como la femenina, como en "la autora y el autor". En un documento escrito no es aconsejable que aparezca esta estrategia con mucha frecuencia.
Además, es bueno tener en cuenta que se trata de una de las formas más criticadas por los sectores políticos que se oponen al lenguaje inclusivo de género. Por esta razón, se propone atender a otras recomendaciones antes que a la reduplicación; no obstante, consideramos que también tiene un valor político importante evidenciar distintos géneros y es claro que hay tipos de comunicaciones (como los discursos) donde se acostumbra utilizarlo en partes como el saludo a las personas del público.
Alternancia del femenino y masculino
Nos unimos a la recomendación que llevan a cabo distintas guías de lenguaje inclusivo universitarias de que se alterne el orden de aparición de masculino y femenino. Es decir, se propone decir "los profesores y las profesoras" y posteriormente "las profesoras y los profesores" con tal de no naturalizar un orden en el que un grupo siempre se mencione en primer término.
Además, de la alternancia consideramos importante la idea de tomar decisiones estratégicas cuando hablamos de ámbitos que se han visto como tradicionalmente asociados a hombres o mujeres. Por ejemplo, en un ámbito masculinizado como la ingeniería, se propone que la reduplicación incluya primero a las mujeres, tal como en "las ingenieras y los ingenieros"; por su parte, en un ámbito feminizado como la enfermería se podría preferir "los enfermeros y las enfermeras".
Coordinación del adjetivo en las formas dobles con el último elemento de la forma
Consiste en que el adjetivo concuerde con la última forma que aparece en la reduplicación. Por ejemplo, si la reduplicación es "las compañeras y los compañeros seleccionados" frente a "los compañeros y las compañeras seleccionadas".
Esta es una recomendación propuesta por Escrig Gil y Sales Boix (2010) para la Universidad Jaume I. Consideramos que es una opción que puede ser tomada en cuenta para que las formas masculinas no sean tomadas como las principales.
Uso de forma concreta para la persona a la que se hace referencia
Cuando hacemos referencia a una única persona se debe utilizar la forma concreta según el género con el cual se identifique. Si se trata de una mujer, se recomienda decir "la doctora" y no "la doctor". En esta recomendación, enfatizamos que si hacemos referencia a una compañera o compañero trans -o de la comunidad LGTBI- debe respetarse el género con el cual la persona se identifica.
Simetría en las formas de tratamiento
Las formas de tratamiento pueden hacer la diferencia entre una interacción equitativa o desigual. Por ejemplo, si vamos a tratar a una persona por su grado académico, debemos tratar a todas de la misma manera.
En la Universidad, existen situaciones en las que a los profesores se les llama por su apellido y su título (ej. doctor Padilla) mientras a las mujeres se les llama solo por su nombre, incluso en muchos casos con diminutivo (ej. Anita).
Para ampliar sobre este tema se recomienda leer las problemáticas de la construcción del texto que afectan el nivel discursivo.
Aposición como forma de reducir las reduplicaciones
Una manera de reducir el uso de reduplicaciones es utilizar formulas como "de ambos sexos" o "tanto hombres como mujeres" tras una palabra que pueda crear confusión. Esta forma, no obstante, puede resultar problemática, porque podría invisibilizar de otras identidades de género.
Uso de perífrasis
Para sustituir sustantivos masculinos
Una manera de evitar el uso de sustantivos masculinos es utilizar perífrasis. Una perífrasis consiste en utilizar más palabras para decir algo que se podría decir con menos o una sola. Por ejemplo, en lugar de "los alumnos de la UCR" podemos utilizar "quienes estudian en la UCR".
Algunas de las críticas que se hacen al lenguaje inclusivo de género y diversidad es que alarga el mensaje. No obstante, las perífrasis no son exclusivas del LiGD, sino que son un recurso estilístico que utilizamos constantemente. Por ejemplo, en una conversación cotidiana alguien podría decir “me pegué una gran dormida” por «dormí mucho».
Tomar en cuenta expresiones con sustantivos masculinos. En el caso de las perífrasis podemos tomar en cuenta elementos que aparecen en masculino, tal como en «cada uno»; en este caso, es importante poner atención a la redacción y cambiarla por «cada cual».
Uso de determinados sustantivos
Uso de genéricos
estudiantado, alumnado
Uso de epicenos
persona, víctima
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Uso de colectivos
comisión, equipo, población
Colectivizar/desespecificar
rectoría, dirección
Colectivizar es una estrategia de índole semántico que puede resultar contraproducente en términos políticos. Por ejemplo, tenemos una diferencia de sentido en las siguientes frases:
(a) La dirección autorizó el trámite.
vs
(b) La directora autorizó el trámite.
El director autorizó el trámite.
Mientras en (b) es señalamos como responsable de autorizar el trámite a una única persona (el director o la directora), en (a) la persona se disuelve en la colectividad (la dirección). De este modo, se desespecifica quien ha llevado a cabo la acción y puede perderse la responsabilidad sobre los actos. Esta pérdida puede tener consecuencias en términos de responsabilidades o de atribución de méritos.