La discriminación sexista es el rechazo o exclusión hacia una persona en función de su orientación sexual, identidad y expresión de género. Este trato desigual tiene su origen en el pensamiento patriarcal de asumir lo masculino como lo oficial, normativo y superior; restándole valor a otras formas de autopercepción. Esta forma de discriminación se manifiesta en muchos escenarios sociales; por ejemplo, el campo laboral, en el que se evidencian enormes brechas de género en materia de reconocimientos, oportunidades y trato.