Avances inclusivos: reflexión sobre lenguaje a partir de una noticia
Por Eida Martínez Rocha
En el marco de la Feria Internacional del libro 2019 en mayo recién pasado, estuve en el conversatorio En defensa de la ficción que organizó el foro Centroamérica Cuenta. Participaron como panelistas Benito Taibo, María Fernanda Ampuero, Pablo Simonetti, Ángeles Mastretta y, como moderadora, Edurne Portela.
Fue bueno confirmar que los relatos ficcionados y, concretamente, las nuevas propuestas de novelas pueden ser (y son) espacios de deconstrucción de estereotipos y roles de género desde una crítica a la familia como estructura social fundamental para la reproducción de estos. Otro hallazgo celebrado fue escuchar a la moderadora y a las personas que participaron como panelistas, dirigirse al público presente en un perfecto lenguaje inclusivo de género. Sin impostura, la posición política de los escritores y las escritoras de esa mesa les daba una madurez en la visión de la realidad y en sus propuestas, que les aseguraba una dicción inclusiva.
Pero esto no sucede igual en todos lados. En ámbitos académicos el lenguaje inclusivo se disputa un lugar a paso lento. Y, en otros ámbitos de la sociedad, la meta es aún más lejana. No obstante, quiero referirme a la noticia aparecida el recién pasado 6 de junio en el diario CRhoy “Expositor desiste de participar de TEDx Joven porque no lo dejaron usar lenguaje inclusivo”. Más allá de constatar que tenemos una noticia muy escueta de la cual no se ofrecen todos los elementos del contexto institucional (TEDx Pura Vida Joven 2019) y personal (Sergio Leiva Gallardo, creador de la empresa GoodFood), importa destacar como buena nueva que la preocupación por el lenguaje inclusivo, a favor y en contra, cada vez llega a más espacios comunicativos. Esto es parte de una ola expansiva que nos atraviesa y en cuya base está la búsqueda de equidad entre los géneros en nuestra sociedad y, por ende, el derecho que tenemos las personas a ser visibilizadas tanto en la vida como en el discurso.
El lenguaje inclusivo supone un posicionamiento político frente a la realidad, una crítica al modo sesgado como la expresamos desde el patriarcado y, por supuesto, conlleva una propuesta que estructuramos con los códigos lingüísticos que tenemos en nuestra lengua castellana. De ahí que sus estrategias sean múltiples y cada una de ellas responda a distintos contextos de comunicación. Por ello, desde nuestro punto de vista, es muy pobre la visión de lenguaje inclusivo de género que muestra la noticia señalada en el párrafo anterior tal como se presenta, porque parece reducir al uso de una “x” las diversas formas que éste puede adoptar en un texto -en este caso sobre buena comida-. Al menos esa impresión puede dejar en quién la lee.