La presencia o ausencia de lenguaje inclusivo de género y diversidad (LiGD) en un texto, atiende al contenido y a la forma como nos expresamos cuando nos referirnos a las personas: sus oficios, sus grados académicos, sus aportes, sus jerarquías, sus representaciones, las instancias a las que pertenecen.... Esto atañe a todo lo que escribimos en la universidad y a la convivencia universitaria en su conjunto, con independencia de las temáticas específicas que abordemos o áreas de conocimiento donde estas se encuentren.
En este sentido, suscribimos que no existe neutralidad respecto al género en ningún tipo de texto. Si bien, el tema del que hablamos o escribimos puede no referirse a personas o grupos de personas sino a objetos del mundo material o a procesos técnico-científicos (por tanto no es necesario, en este caso, tomar posición frente al lenguaje de género), siempre existirá en el texto la (s) persona que escribe (n) y la (s) persona (s) destinataria (s) o sus instancias. Lo anterior sí que nos demandará el uso adecuado de los géneros en la construcción lingüística del texto.
Que los temas que abordamos no se refieran a personas, sucede con frecuencia en ámbitos relacionados con Ciencias Básicas, Ingeniería o Ciencias Agropecuarias. No obstante pasa muchas veces que masculinizamos a la (s) persona (s) que escribe (n) y nos referimos a "el investigador..." o "los investigadores..." cuando en realidad se trata de "la investigadora..." o "las investigadoras...", aunque ésto es un fenómeno que va más allá de estas disciplinas. De modo que un texto puede ser o no ser inclusivo tanto si es del área de Ciencias Básicas como de Ciencias Sociales, y ésto también es independiente de si somos personas docentes o administrativas.